El análisis del impacto que tiene una Universidad en el territorio que la acoge, marca todo un capítulo con nada menos que mil años de historia, desde que se creó la primera, en la ciudad de Bolonia por el año 1.089.
Las Universidades mejoran las perspectivas de prosperidad, ya que pueden motorizar una sociedad emprendedora que aproveche las oportunidades surgidas de la creación del conocimiento. Forman recursos humanos que incentivan la instalación de nuevas Empresas, promueven la cultura local, y brindan el marco científico necesario para el mejor cuidado del medio ambiente.
En el aspecto físico, cuando nos referimos a la Sede o lugar donde se realizan las actividades académicas, hablamos de los “Claustros Universitarios”. Claustro es un patio central cerrado por galerías, imagen arquitectónica de recogimiento e introspección que denota la actitud casi solemne de acercarse al conocimiento. El término se ha mantenido, pero con la impronta que traen los desafíos de investigación e innovación, y sobre todo por una relación más dinámica con la sociedad, los edificios universitarios han ido cambiando, y se han usado distintas tipologías que es bueno aunque sea mencionar en vísperas del auspicioso anuncio de la creación de la Universidad de los Comechingones en la Ciudad de Merlo.
Una tipología muy usada ha sido la de Campus, surgida en el Siglo XVIII y más desarrollada en el XX. También se ha denominado “Ciudad Universitaria” a este complejo de edificios que albergan las actividades de una Universidad, con ubicación generalmente suburbana o periurbana. A veces cuentan incluso con sectores residenciales, para facilitar el alojamiento de docentes y alumnos evitando sus traslados. Normalmente se insertan en grandes espacios parquizados. Son como ciudades dentro de ciudades, bastante autónomas y con poca integración física al conglomerado urbano que las contiene. En este sentido mantienen el espíritu del “Claustro”.
Hay otra tipología que podríamos denominar “Universidad Ciudadana”, de localización centralizada, más urbana y por lo tanto con mayor contacto y relación con la Ciudad. Esta ubicación, complementada con un diseño abierto, integra las actividades de la Ciudad con las propias e invita al uso de sus instalaciones y actividades a la población del lugar. La Universidad se mete en la Ciudad y viceversa.
El Colegio de Arquitectos ha sido invitado, y ha compartido reuniones con las autoridades designadas para crear la Universidad, en las que ofreció su colaboración en esta etapa de definición y proyecto institucional, así como también en la próxima de formulación de los proyectos Urbanísticos y de Arquitectura para la futura concreción de la Sede.